En nuestra constante búsqueda de nuevas subidas, y en nuestro afán de medir todas las existentes en "nuestros dominios" (de momento Salamanca, Asturias, Cáceres, Ávila, Zamora y Portugal), nos topamos hoy, con una subida que pasa desapercibida a prácticamente todo el que pasa delante del cruce que conduce a dicha subida. Se trata de la subida a Sequeros, concretamente hasta la Ermita del Humilladero, desde el camino que se asfaltó hace ya unos años, y que parte de Las Casas del Conde.
Tomamos como inicio de la subida el puente sobre el río Francia. Es este puente un clásico en nuestras subidas y en nuestras rutas, no en vano, sobre él iniciamos la subida a Mogarraz, y también, en el sentido opuesto, la subida por Las Casas del Conde hasta San Miguel de Robledo.
En dirección, pues, a Las Casas del Conde, tomamos la DSA-263, pero solamente estaremos sobre esta carretera algo mas de un kilómetro. Un kilómetro duro al principio, llevadero después, que nos conducirá en la misma herradura antes de llegar al pueblo de Las Casas del Conde, a mano derecha, a la carretera local que tras cinco kilómetros nos conducirá a Sequeros. Era esta una pista forestal que se asfaltó para facilitar a los agricultores de la zona el acceso mas cómodo a sus cultivos, viñedos, por regla general.
Nada mas dejar la carretera de Las Casas, nos sorprende la nueva pista con un descenso, que se prolonga un kilómetro mas. Este kilómetro de bajada, conociendo hasta donde hay que subir luego, nos hace suponer que nos vamos a encontrar con una subida exigente en muchos tramos. Y así es, nada mas terminar la bajada, rampita al 11% como bienvenida. Van a ser dos kilómetros bastante duros con medias superiores al 10 y al 9 por ciento, y con algunas rampas muy muy duras. Así, nos encontraremos en este primer kilómetro tras el descenso, tercero en total de la subida, con una rampa, larga, interminable, al 16%, y con varias mas, al 13, y 11 por ciento en el kilómetro siguiente. Este desnivel en la subida, junto a lo descarnado del asfalto y a lo estrecho de la carretera, nos hará sudar un ratito, pero sólo van a ser dos kilómetros, los otros dos que quedan para concluir la subida bajan bastante en cuanto al desnivel se refiere. Hay alguna zona en estos dos kilómetros finales en los que el asfalto prácticamente desaparece por completo. Necesita un reasfaltado esta pista.
Al final, acercándonos ya a Sequeros, nos acompaña en nuestro andar un espeso bosque en el que alterna el robledal típico de la zona, con espectaculares castaños, que nos llevarán hasta la Ermita del Humilladero, pequeño templo, que encontramos flanqueado por secos troncos de antiquísimos olmos. Cinco siglos contemplan ya a la ermita del paseo de la Llanada, donde se venera al Cristo de las Batallas, de especial devoción en la localidad serrana. Es digno de admiración dentro de la ermita, el retablo mudejar, que aunque bastante deteriorado, deja aun apreciar su riqueza original.
La ermita del Humilladero, como la iglesia del Robledo, de la localidad, están declaradas Bienes de Interés Cultural.
Datos de la subida:
Altitud.- 934 metros.
Longitud.- 5,9 kilómetros.
Desnivel.- 373 metros.
Pendiente media.- 6,3 %.
Coeficiente APM.- 90.
Tomamos como inicio de la subida el puente sobre el río Francia. Es este puente un clásico en nuestras subidas y en nuestras rutas, no en vano, sobre él iniciamos la subida a Mogarraz, y también, en el sentido opuesto, la subida por Las Casas del Conde hasta San Miguel de Robledo.
En dirección, pues, a Las Casas del Conde, tomamos la DSA-263, pero solamente estaremos sobre esta carretera algo mas de un kilómetro. Un kilómetro duro al principio, llevadero después, que nos conducirá en la misma herradura antes de llegar al pueblo de Las Casas del Conde, a mano derecha, a la carretera local que tras cinco kilómetros nos conducirá a Sequeros. Era esta una pista forestal que se asfaltó para facilitar a los agricultores de la zona el acceso mas cómodo a sus cultivos, viñedos, por regla general.
Nada mas dejar la carretera de Las Casas, nos sorprende la nueva pista con un descenso, que se prolonga un kilómetro mas. Este kilómetro de bajada, conociendo hasta donde hay que subir luego, nos hace suponer que nos vamos a encontrar con una subida exigente en muchos tramos. Y así es, nada mas terminar la bajada, rampita al 11% como bienvenida. Van a ser dos kilómetros bastante duros con medias superiores al 10 y al 9 por ciento, y con algunas rampas muy muy duras. Así, nos encontraremos en este primer kilómetro tras el descenso, tercero en total de la subida, con una rampa, larga, interminable, al 16%, y con varias mas, al 13, y 11 por ciento en el kilómetro siguiente. Este desnivel en la subida, junto a lo descarnado del asfalto y a lo estrecho de la carretera, nos hará sudar un ratito, pero sólo van a ser dos kilómetros, los otros dos que quedan para concluir la subida bajan bastante en cuanto al desnivel se refiere. Hay alguna zona en estos dos kilómetros finales en los que el asfalto prácticamente desaparece por completo. Necesita un reasfaltado esta pista.
Al final, acercándonos ya a Sequeros, nos acompaña en nuestro andar un espeso bosque en el que alterna el robledal típico de la zona, con espectaculares castaños, que nos llevarán hasta la Ermita del Humilladero, pequeño templo, que encontramos flanqueado por secos troncos de antiquísimos olmos. Cinco siglos contemplan ya a la ermita del paseo de la Llanada, donde se venera al Cristo de las Batallas, de especial devoción en la localidad serrana. Es digno de admiración dentro de la ermita, el retablo mudejar, que aunque bastante deteriorado, deja aun apreciar su riqueza original.
La ermita del Humilladero, como la iglesia del Robledo, de la localidad, están declaradas Bienes de Interés Cultural.
Datos de la subida:
Altitud.- 934 metros.
Longitud.- 5,9 kilómetros.
Desnivel.- 373 metros.
Pendiente media.- 6,3 %.
Coeficiente APM.- 90.
Altimetría
Mapa de situación
Inicio de la subida, sobre el mismo puente del río Francia. Comparte inicio de subida con Mogarraz, y Casas del Conde (Arroyomuerto).
Zona final, dentro del bosque
Final de la subida, con la ermita a la izquierda
La ermita que da nombre al puerto