...Y pasó lo de siempre....

Aunque había prometido que no ibamos a hablar de futbol en este blog, creo que la ocasión merece la pena.

Pues sí. Pasó lo que siempre le ocurre a la selección española de fútbol, que los periodistas hinchan sobremanera a un equipo que nunca ha demostrado nada y que va fracaso tras fracaso, a pesar de ser de los futbolistas mejor pagados del mundo. Y es que en esto de la pasta los futbolistas españoles son los campeones del mundo..., como ejemplo, la negociación de primas del mundial, los de Luis Aragonés tenian la mejor prima de los 32 equipos de la Copa del Mundo, nada más y nada menos que el doble de lo que recibirán los brasileños en caso de ser campeones, y tres veces más de lo que se llevarán los alemanes por levantar el trofeo...., casi nada, ganar no ganan nunca, pero pedir....., parecen curas, siempre, siempre pidiendo......

España se despidió del mundial como siempre, a las primeras de cambio. Todo, según la prensa, que anda que no venden humo éstos, era el mejor equipo del campeonato, pero, a quien nos habiamos enfrentado? a Tunez, Arabia y Ucrania, que por cierto, si los ucranianos nos pillan en el tercer partido, nos ganan de sobra, pero les pillamos en el primer partido con el despite, y nos salió un buen partido. Pero lo que digo, a la hora de enfrentarnos a un equipo serio nos entran los miedos y no sabemos plantear los partidos, ¿verdad, señor Aragonés?, que por cierto, que imagen, dando voces y entrando al trapo de las provocaciones de algún jugador francés, que tiene usted casi 70 años, ya no tiene edad para entrar en estas provocaciones.

Ya me gustaria que los futbolistas españoles fueran tan competitivos como los italianos, que hacen un futbol horroroso, horroroso, pero que no paran de luchar en los noventa ( o noventa y tres, como con Australia) minutos del partido.

Los cuartos están definidos, y de los ocho equipos, seis de ellos son campeones del mundo (sólo falta Uruguay para completar todos los campeones del mundo), a los que acompañan Portugal y Ucrania, es decir, mucho, mucho nivel en las selecciones cuartofinalistas, demasiado nivel, quizás, para hacerle hueco a España.