Todos los que andamos en bici sabemos que las caidas forman parte de nuestro día a día. Puedes pasar un montón de tiempo sin tocar el suelo (cuanto mas sea, mejor), pero sabes que en cualquier momento tus huesos pueden acabar por tierra. Eso es lo que me ocurrió el sabado pasado. Con la btt estbá recorriendo los caminos de El Cabaco, en la Sierra de Francia (Salamanca), cuando en una bajada, un poco peligrosa, la velocidad que llevaba no era compatible con el terreno por el que iba. Un pequeño desnivel en el camino, hizo que literalmente volase...... Es ese momento sabes que el golpe va a ser monumental, buscas la manera de caer mejor, donde hay menos piedras, contra un arbusto, evitar los árboles grandes...., parece mentira, pero en dos segundos te da tiempo a todo eso.
El golpe, como esperaba, fué brutal, después de unos segundos de aturdimiento en el suelo, te levantas doliendote todo el cuerpo: ya me he roto algo, te palpas todo, piernas, torso, brazos, la cara..., no tengo sangre..., que bien!!!!, la cabeza..., bendito casco!!!!!!!!
Después de asegurarte que no hay roturas (salvo la del culotte), como el dolor es aun tremendo te sientas como puedes a recuperarte. Ahí siempre es importante llevar agua en el bote, es milagrosa.
Cuando ya has recuperado un poco el aliento, te levantas, coges la bici, la miras con una mezcla entre de rabia y de pena, por si le ha pasado algo y vuelves a montarte con muchisimo cuidado. Las primeras pedaladas se hacen insoportables, hasta que el cuerpo va recuperano de nuevo su temperatura.
Después de una caida como la que me sucedió, suelo volverme a casa, no me quedan ganas de seguir pedaleando.......
El golpe, como esperaba, fué brutal, después de unos segundos de aturdimiento en el suelo, te levantas doliendote todo el cuerpo: ya me he roto algo, te palpas todo, piernas, torso, brazos, la cara..., no tengo sangre..., que bien!!!!, la cabeza..., bendito casco!!!!!!!!
Después de asegurarte que no hay roturas (salvo la del culotte), como el dolor es aun tremendo te sientas como puedes a recuperarte. Ahí siempre es importante llevar agua en el bote, es milagrosa.
Cuando ya has recuperado un poco el aliento, te levantas, coges la bici, la miras con una mezcla entre de rabia y de pena, por si le ha pasado algo y vuelves a montarte con muchisimo cuidado. Las primeras pedaladas se hacen insoportables, hasta que el cuerpo va recuperano de nuevo su temperatura.
Después de una caida como la que me sucedió, suelo volverme a casa, no me quedan ganas de seguir pedaleando.......
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