
Su gran cita antes de los JJ.OO. y de la Vuelta a España era acudir a Dauphiné Libéré, el pequeño Tour, y demostrar antes los franceses que la exclusión injusta de su equipo para la Grande Boucle no tenía ni pies ni cabeza. Lo tenía Alberto un poco entre ceja y ceja.
Pero, allá en Chipiona llegó la llamada de Bruynnel diciendo que se iba en cuatro días para Sicilia, que el Giro había invitado a Astana, haciendo un gran ejercicio de sentido común.
Y allá que se fue el bueno de Alberto. A Italia, al Giro, con las "bofetadas" que se dan los italianos en SU carrera. Sin preparación específica y sin el pico de forma adecuado para afrontar una prueba de tres semanas tan exigente como la Corsa Rosa.
Y en Italia, encantados. El ganador del Tour, uno de los mas grandes, sino el que mas, ciclista de la época, ensalzando con su presencia nuestra carrera, y es mas, ganandola. Los tiffossi, con lo que son para lo suyo, le adoran. Y Alberto, ha descubierto el Giro. Una carrera, en sus propias palabras, que ha sido moralmente mas importante que el Tour.

Ha sido Alberto, debido a los caprichos galos, pero se ha dejado abierta, de una vez, por todas, la puerta para que los corredores se den cuenta de la grandeza de otras carreras, y de lo importante que son las demás competiciones. Muchos deberían ver que quedar el sexto en el Tour, no es salvar la temporada.
Qué grande eres, Alberto Contador. Cómo nos has hecho disfrutar con tu triunfo. La Vuelta también te espera.
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